El día que la lie parda

 

Día de comunicar el bonus. Más allá del nerviosismo típico del intríngulis que tengo por saber cuál es el mío, este año tengo nervios extra porque es la primera vez que yo también se lo tengo que comunicar al equipo. Me siento con la directora y me explica que significa cada cosa y de dónde viene cada cifra. Perfecto, ya puedo explicarlo yo también.

Cojo todos los papeles que me ha dado como si fueran "mi tesoooooro" y me los llevo a mi sitio con cuidado de que no los vea nadie. Es algo súper confidencial.

Quiero prepararme bien cómo comunicarlo, pero los temas de dinero siempre me han dado cosica y quiero quitarme esa patata caliente lo antes posible así que, sin que me dé cuenta de mi boca salen las palabras:

“¿Tienes un momentito para ver una cosa?”

No sé si a ti te pasa, pero yo desde pequeña, he tenido muy mala relación con el dinero. Aunque no se verbalizara de forma concreta, en mi vida siempre han estado presentes las creencias de que el dinero es malo, corrompe a la gente, el dinero lo tienen los ricos a base de explotar a los pobres. En fin, cosas por el estilo.

Te puedes imaginar que para nada estaba cómoda teniendo que hablar de dinero con el equipo así que no aguanté ni cinco minutos con los papeles de los bonus en mi sitio.

Vuelvo a lo te estaba contando, perdón. “Si, claro” - me dice

Total, que nos vamos a la sala de reuniones, saco los papeles y empiezo a soltar toda la chapa que me había aprendido hacía apenas 15 minutos. 

Viéndome a mí misma, años más tarde, me doy cuenta de que no quería ni mirar las cifras de la otra persona y casi ni su cara. Yo solo quería explicarle estupendamente bien de dónde venía cada cosa y acabar con ello lo más rápido posible.

Volvemos a ese momento. Cuando ya estoy a punto de terminar de contarle de donde viene cada cosa, cambio la mirada a la columna de sus cifras. Momento tierra trágame. En dos microsegundos siento la gota de sudor resbalando por mi frente 😓

He estado TODO EL RATO con los papeles de mi bonus, no con los suyos. Fantástico.

Intento normalizar la situación y, con humor, pongo el error encima de la mesa porque no tiene sentido ocultarlo. La cara de la otra persona no tiene desperdicio.

Cuando salimos de la sala, lejos de fustigarme por el error, opto por tomármelo con humor e intentar extraerle todo el aprendizaje posible a esa situación. Si me hubiera parado unos segunditos a contemplar la cara del otro o a mirar la cifra que le estaba dando, me hubiera dado cuenta muchísimo antes pero no, yo solo quería que todo aquello se acabara lo antes posible. 

Estaba claro que tenía que trabajarme mi relación con el dinero para ser una buena líder porque cuando llevas equipo si, también hay momentos en los que hay que hablar de dinero y es importante sentirte cómodo en esas situaciones para no liarla muy parda, como yo 🤦‍♀️.

Esta es solo una de las veces en las que metí la pata cuando era mánager, pero obviamente, la metí muchas más. 

Por eso, cuando alguien se piensa que un líder no debería equivocarse nunca y que debería tener respuestas para todo, me entran ganas de reír sin parar. La realidad es que, lejos de que ser líder te salve de la imperfección, te la pone en tu cara todos los días de una forma mucho más obvia.  (Comparte vía Twitter)

Cuando eso pasa, puedes castigarte a ti mismo por no hacer las cosas perfectas o puedes tomártelo como un gran máster de desarrollo personal en el que todos los días tienes la oportunidad de superar límites que quizá ni sabías que tenías.

Yo, opté por tomármelo de la segunda forma y aprendí muchísimo de esa etapa.

Sé que uno de los temazos cuando eres líder, es el de delegar. Ahí hay muchos miedos y cosas que mirarte para convertirte en un experto en delegando.

Por eso quiero reglarte mi webinar “Hola delegar. Adiós dirigir”.

Pincha en la webinar y en solo 35 minutos, podrás aprender:

  • Qué es exactamente delegar.

  • Los obstáculos que te puedes encontrar para hacerlo y la mentalidad necesaria para sortearlos.

  • La herramienta que necesitas para delegar.

Porque de verdad ser líder no es fácil y siempre va bien una ayuda extra 🙂

Disfruta de aprender de ti mismo.

Un abrazo enorme!

Melisa Terriza

👊Lidérate para liderar👊

P.D. ¿Conoces a algún amigo que sea líder de equipo y que se lo tome todo muy a pecho? Pásale este post, seguro que le ayuda a tomarse las cosas de otra forma.

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