Cómo desarrollar la empatía en el trabajo

 

Creo que es muy importante esforzarnos por entender en qué momento está exactamente la otra persona"

Última parte de la última entrevista del #12meses12líderes de este “complicado” 2020.

Casi te puedo ver como se te escapa la lagrimica 😢 pero... antes de ponernos sentimentales, vamos al último chute de inspiración de la mano de un líder millennial como tú, en este caso de David Garrote, al que le encanta contribuir al crecimiento del equipo y que sabe lo complicado que es liderar personas pero que no desiste porque merece mucho la pena.

David Garrote, Senior HR Marketing Manager de Lidl, nos comparte qué consejo se daría a sí mismo sí volviera empezar a gestionar equipos y su súper poder favorito para liderar.

¿Quieres descubrirlo? ¡Sigue leyendo!

Pero antes, por si te perdiste la primera parte, pincha aquí para estar al día:

Si prefieres recibir inspiración directa a tus oídos de la voz del propio David, aquí la tienes en formato podcast:

 
 

P: Pues totalmente. De hecho, durante estos 12 meses más de un y una líder ha compartido que era lo que más le llenaba. Yo también, en mi caso personal cuando llevaba equipo también era una de las cosas que más me llenaban, así que es suena a tópico quizá, no lo sé, pero es muy real, es muy cierto. Vamos con la tercera pregunta David, si le pudieras dar un consejo tu yo del pasado empezaba a liderar equipos, ¿qué consejo le darías?

R: Yo creo que eso es un consejo que me gustaría pedirle a mi yo del futuro. Creo que, como todo en esta vida, pues todavía soy muy inexperto y me encantaría poderle preguntar al David de dentro de diez años, qué consejo me daría en todo lo que tiene que ver con la gestión de equipos. Pero bueno, para no esquivar tu pregunta yo le diría que ni todo va a ser tan fácil como parece porque…

la gestión de personas es compleja y tiene muchas más dificultades de las que uno se espera al principio…

que van más allá de lo que en una primera capa puede parecer; pero que bueno, que todo irá bien, que las cosas salen y que no hay que perder el ojo de encima. Que hay que ir con mucho respeto y con mucho cuidado, asumiendo estos nuevos retos pero que bueno, que las cosas terminaran por salir bien.

P: Hola David. Pues vamos con la última pregunta del último #12meses12líderes de este 2020. Si te pudieras pedir un súper poder en forma de soft skill para ser ese líder que ya vamos, lo peta totalmente, ¿que súper poder te pedirías?

R: Pues esta es complicada porque yo creo que estamos acostumbrados a que alguna vez nos hayan preguntado, oye si te pudieras pedir algún súper poder ¿qué te pedirías? y todos hemos pensado me pediría esto, me pediría esto otro, me pediría volar, me pediría... lo que fuera, pero claro, orientado a lo que es el liderazgo, la gestión de personas y las soft skills pues, sinceramente, nunca lo había pensado.

Creo que me haría una lista a los reyes magos enorme de todos los súper poderes que me vendrían bien para poder mejorar y seguir creciendo profesionalmente pero…

…si sólo pudiese pedir una, yo creo que sería un súper poder relacionado con una empatía extrema.

Hablamos hace un rato de la importancia de ser justos y eso implica muchas veces tener que tomar decisiones que son incómodas o que pueden incluso sentar mal a alguien, pero que son justas por si mismas. Obviamente, siempre hay que hacerlo dentro del marco de unas buenas formas y del respeto y yo creo que ahí siempre falta empatía.

Quiero pensar que al final, hay formas siempre de hacer las cosas, de escoger cuál es el mejor momento incluso para dar una mala noticia o para dar un feedback que es un poquito más duro. Creo que es muy importante esforzarnos por entender en qué momento está exactamente la otra persona y que un súper poder de empatía extrema para poder entender cuál es el momento más adecuado para abarcar a otra persona de una determinada manera, no estaría nada mal.

Y nada Melisa, agradecerte una vez más que me hayas invitado a participar, como te decía al principio me hace muchísima ilusión y, bueno, que aquí me vienes para lo que necesites.

Final: Me encanta el súper poder que te has pedido y tienes un +1 conmigo. Me encantaría también poder tener esa súper empatía y creo que como bien dices, incluso hasta para dar una mala noticia o una noticia un poco más dura nos vendría genial saber cuál es el momento en el que a la otra persona le puede ir mejor recibirla.

Con esa súper empatía seguramente que liderar el equipo sería mucho más sencillo, aunque como bien has dicho es muy retador.

Muchísimas gracias a ti porque de verdad que disfruto muchísimo escuchándote y seguro que a muchos más líderes les puede servir tu experiencia y como inspiración cuando tenga un mal día y diga “puf esto de liderar personas es muy complicado”, pues bueno que sí, que efectivamente no es sencillo pero que en que el viaje merece la pena.

Igualmente para lo que necesites, aquí estoy. Un abrazo muy grande David. Chao.

 

 

Una de las formas en las que puedes desarrollar ese súper poder de la empatía extrema es activando la escucha empática.

La escucha empática, es esa en la que NO escuchas mientras piensas qué responder o cómo solucionarle la vida al otro, tampoco juzgas ni interrumpes. En la escucha empática, escuchas con curiosidad y en silencio para comprender los sentimientos, necesidades y razones que hay detrás de las palabras que escuchamos.

No es una escucha nada sencilla porque requiere estar mucho en el momento presente pero los resultados, son el anti-malentendidos más potente que hay. Para comenzarla a practicarla, puedes entrenarte en estar aquí y ahora a través de mi meditación caminando.

Y ahora si, momento lagrimita, cerramos este ciclo del #12meses12líderes en el que he aprendido un montón de todos los líderes millennial que habéis contribuido con vuestras ganas de cambiar el paradigma empresarial.

Y a ti, que estás al otro lado, espero que hayas sacado mucha inspiración y motivación para seguir liderándote para liderar, aún y cuando parece que todo se desmorona. Te necesitamos para construir el nuevo paradigma empresarial.

Gracias por no desistir,

Melisa